Esta semana os quiero recomendar la obra de teatro el padre. Que fui al teatro a verla mucho antes de la pandemia, fui con mi madre y mi hermana. Nos lo pasamos muy bien y nos hizo reflexionar mucho.
Una de las cosas que me marco de esta obra fue la manera de abordar la enfermedad del Alzheimer, o como la llamo yo la enfermedad del olvido. Esta enfermedad es como una goma de borrar o como un virus en un ordenador. Se mete en tu archivo ese donde tienes escrita o mejor dicho donde vas escribiendo tu historia personal de vida y la va borrando, a veces borra poco a poco, otras veces borra demasiado rápido.
Es como si nunca hubieses vivido.
Yo por desgracia lo he visto y lo he vivido, porque la ha tenido gente cerca y muy cercana a mi.
Lo aborda de una manera cómica, con un poco de humor. Pero la realidad es otra.
La realidad es devastadora y no solo para quien tiene la enfermedad, sino que también para quien esta al rededor de una persona que tiene la enfermedad.
No es bonito ver como alguien que tu quieres, pasa la enfermedad y poco a poco se va borrando hasta tal punto que ya no recuerda ni como se come, como se habla, como se camina, ya no tiene recuerdos, y como sea vela se va consumiendo mientras se apaga.
Es cierto que hay muchos adelantos, pero no los suficientes como para parar la enfermedad.
Lo único que os diría es, vive el presente como si no hubiera un mañana, disfruta mucho con esa gente que quieras, y ayuda a todo aquel que te necesite.
También la recomiendo porque a través del humor te va haciendo que reflexiones. Algo que de vez en cuando es justo y necesario, por no decir siempre. Sin dejar atrás los valores que tiene que también los tiene.
Solo me queda por decir, que como siempre os invito a descubrir las reflexiones, y los valores de esta gran obra de teatro. Y no puedo acabar este post sin decir que los actores son de categoría mil.
Cuidemos, apoyemos, respetemos y queramos a nuestros enfermos de Alzheimer y de cualquier otra enfermedad.
Como dijo alguien, el amor es un teatro lleno y el teatro cura el alma, abre la mente, y nos hace mucha falta a todos.
Hasta aquí una pincelada más de mi autobiografía.
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