Esta semana os quiero compartir este poema que escribi en primavera del 2013 cuando estaba con mi hermana en Cadrete un pequeño pueblo de zaragoza, muy bonito.
La historia de este poema es la siguiente.
En ese mismo año, yo empezaría en septiembre mi metamorfosis sobre todo interna. Tal vez sin saberlo muy bien.
Empezaba el curso de acceso a la universidad para mayores de 25. Toda una aventura arriesgada. Y más si lo haces a distancia.
Tuve que hacer frente a muchas cosas internas, no solo a un nivel de sexto de primaria.Sino también a etiquetas como a la de no vales, no sirves para nada y de eres una retrasada mental. De todas las etiquetas son las que más me han marcado. Lo peor es que tanto te lo dicen que lo acabas creyendo.
Si acepto que la que soy ahora me gusta mil veces más que la que era antes. Pero también he de aceptar que mi yo del pasado fue muy fuerte y valiente. Y no puedo quitarle mérito.
Es increíble como una persona puede transformase tanto y puede salir adelante a pesar de todo, aun cuando no lo creía.
Si alguien te dice que no puedes, dile el leon cree a todos de su condición.
como siempre todo esto lo cuento con mucho más detalle en mi autobiografía.
Atrapada entre el presente y el pasado.
Atrapada entre el dolor y la rabia.
Atrapada entre la vida y la muerte.
Atrapada entre las horas y los minutos.
Atrapada entre la noche y el día.
Atrapada entre el momento y el lugar.
Atrapada en un abismo de todo y de nada.
Y atrapada entre el recuerdo y el olvido.
Tíscar.
